La relocalización de empresas en México está marcando un nuevo rumbo para el desarrollo económico y la integración de cadenas productivas. La importancia de aprovechar este fenómeno para expandir los parques industriales en regiones estratégicas del país.
Al enfocar la inversión en sectores como el automotriz y farmacéutico, la correcta selección de ubicaciones puede maximizar los beneficios para la economía y para las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) mexicanas.
A lo largo de esta transformación, las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) también juegan un papel fundamental. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las PyMEs representan más del 99 % de las unidades económicas en el país y generan alrededor del 52 % del Producto Interno Bruto (PIB).
La colaboración con PyMEs es vital, ya que representan una parte básica de la economía mexicana y tienen el potencial de integrarse en las cadenas productivas de las grandes compañías transnacionales.
Por otro lado, el auge del nearshoring ha acelerado aún más este proceso de relocalización. Según la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (CONCAMIN), México recibió más de 25,000 millones de dólares en inversión extranjera directa entre 2022 y 2023, un claro indicador del atractivo que representa el país para las empresas que buscan acortar sus cadenas de suministro. Este crecimiento refuerza la necesidad de contar con parques industriales modernos y bien equipados.
Además, la expansión de los parques industriales debe acompañarse de mejoras en infraestructura. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), México necesita invertir el 5 % de su PIB anual en infraestructura para mantenerse competitivo a nivel global. Esto incluye modernizar puertos, aeropuertos, redes de telecomunicaciones y garantizar la seguridad en las carreteras, elementos esenciales para facilitar el flujo de bienes y servicios tanto a nivel nacional como internacional.
Uno de los ejemplos más claros es el Mieleras Industrial Park en Torreón, Coahuila, que abarca 120 hectáreas diseñadas bajo el modelo “build to suit”. Este parque es un espacio estratégico para las compañías que buscan relocalizarse debido a su eficiente conexión con los principales centros de manufactura y distribución del norte del país. Esto lo convierte en un sitio de interés para industrias que desean optimizar sus operaciones logísticas y mejorar su acceso a mercados clave.