La convergencia entre la revolución financiera y la expansión del comercio electrónico en América Latina emerge delineando cambios en el entorno empresarial. La intersección de estos dos fenómenos, subrayando la descentralización financiera y la creciente demanda logística propiciada por el auge del e-commerce.
La transformación financiera en la región se desarrolla al compás de los pagos inmediatos y la descentralización. Según datos de Mastercard y McKinsey, vivimos en la cuarta era de los tiempos modernos, caracterizada por la digitalización y la descentralización, donde los dispositivos móviles adquieren protagonismo.
La transición hacia una era desvinculada, poniendo énfasis en el papel central de las transacciones inmediatas y las billeteras omnicanales. Los reguladores, conscientes de estos cambios, reorientan sus enfoques hacia la seguridad de datos, el acceso no bancario y la propiedad del cliente sobre sus recursos digitales.
La preferencia del consumidor por métodos de pago digitales se consolida, con el 77 % de los latinoamericanos utilizando pagos electrónicos, según investigaciones de Mastercard. En este contexto, el futuro se vislumbra en billeteras digitales, pagos en tiempo real y consideraciones de sostenibilidad ambiental y social.
Pequeñas y medianas empresas, impulsadas por soluciones fintech, representan un mercado en crecimiento. A pesar de la proliferación de transacciones sin contacto, las barreras persisten, especialmente para las transacciones a través de billeteras digitales debido a los costos de los teléfonos con tecnología NFC.
Simultáneamente, el auge del comercio electrónico está moldeando la infraestructura logística de la región. La transición hacia la compra y venta en línea ha generado una creciente demanda de espacios industriales, según la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO).
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Datos de CBRE indican que cada incremento de 1,000 millones de dólares en e-commerce requiere 90,000 metros cuadrados de piso industrial. Se estima que el valor del mercado digital en México casi duplicará su valor en los próximos tres años, alcanzando los 31,454 millones de dólares.
Necesidad de nuevos espacios logísticos y bodegas, tanto urbanos como suburbanos, impulsados por empresas con presencia digital. Se calcula que para el 2025 se duplicarán los espacios destinados a la logística en el ámbito del comercio digital, según el grupo financiero Monex.
La elección estratégica de ubicaciones cercanas a infraestructuras clave se vuelve vital para mejorar la eficiencia logística, reducir costos y tiempos de entrega. La expansión de espacios para la última milla, utilizados para la distribución, almacenamiento y logística inversa, está en aumento.
La confluencia de estas transformaciones sugiere un escenario donde la revolución financiera y la revolución del e-commerce se entrelazan. La descentralización financiera impulsa la adopción de métodos de pago digitales, mientras que el comercio electrónico genera una demanda creciente de infraestructuras logísticas avanzadas.
Es importante construir relaciones con clientes, adoptar inteligencia artificial y avanzar hacia empresas basadas en productos y software en el proceso de modernización financiera. Además, resalta la necesidad de nuevas infraestructuras logísticas para respaldar la expansión del e-commerce.
En última instancia, la colaboración entre los sectores financiero y logístico se presenta como una estrategia crucial para abordar los desafíos y aprovechar las oportunidades emergentes en la transformación empresarial en América Latina.